El Principito exactamente parece ser un simple pequeño cuento infantil, un cuento de hadas. Pero mirando más de cerca, puedes encontrar más de lo esperado. ¿Para mí? No es una filosofía, sino una oda de sentimientos. Es la idea principal de esta obra. El autor escribe como un niño, aunque no se siente así. Al principio habla de su infancia, y podemos encontrar aquí el primero de un gran número de desajustes: dibujó una boa que absorbe un elefante, los adultos (se puede decir que interpretan un único personaje) creen que el dibujo muestra un sombrero. Suave y pueril derivación romántica. El personaje principal crece, sin convertirse en un adulto, y viaja por el mundo en avión. Un día, la máquina se rompe y nuestro protagonista debe aterrizar en el desierto. Se encuentra con un pequeño chico de otro planeta – y adivinamos la imagen del título. ¿Nos habla de él y de su viaje? El principito vivía sobre el asteroide B-612 con su amada Rosa – no es una rosa cualquiera – y sus tres volcanes, pacífica y ligeramente triste. Un día, decidió marchar hacia otros planetas. Se encontró con un rey, un egocéntrico, un banquero, un comerciante y un geógrafo. Todos ellos son caricaturas extremas de defectos o de personajes frecuentes. Y, finalmente, nuestro Principito llega a la Tierra. Allí, hace preguntas sobre la amistad, sobre la necesidad de dependencia, el afecto, el amor o el espíritu. Hay muchos sentidos escondidos en la historia y grandes pensamientos sobre la vida. Pero la ventaja principal de El Principito es su código y de hecho su estilo parece comprensible.
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