domingo, 18 de febrero de 2018

Cómo convertir tus residuos orgánicos en abono natural (compost) - Todo lo que necesitas saber




¿Qué es el compost?
El compost es un abono orgánico que se obtiene a partir de la descomposición natural en presencia de oxígeno de residuos orgánicos, bien por medio de microorganismos como bacterias y hongos (compostaje) o bien por medio de lombrices (vermicompostaje). Dependiendo del tipo de residuos empleados, a partir de 100 kilogramos podemos obtener alrededor de 20 kg de compost.

¿Qué se necesita para hacer compost?

El compostaje doméstico no requiere complicados mecanismos ni grandes inversiones. Simplemente un espacio dentro de casa o en zonas compartidas de la comunidad en el que ubicar el compostador, contenedor donde realizaremos la mezcla de residuos orgánicos y en el que se llevará a cabo el proceso de transformación de dichos residuos para obtener compost.


¿Cómo puedo compostar en casa?

Si dispones de un jardín o de una zona verde compartida puedes instalar un compostador que esté en contacto con la tierra, preferiblemente a la sombra. Si vives en un piso también puedes compostar utilizando un vermicompostador.

¿Hay que dedicarle mucho tiempo?

La verdad es que no: asegúrate de remover de vez en cuando el contenido del compostador para airearlo, de mantener húmedo el material a compostar y deja que se vaya degradando poco a poco. Sin malos olores ni bichos molestos, en 5-6 meses es posible obtener compost de buena calidad.

¿Qué se puede compostar?

Sólo restos orgánicos. En general cualquier alimento desechado como restos de pan, posos de café, fruta, verduras, arroz, pasta, cáscaras de huevos, yogures caducados, etc. así como restos del jardín como hojas, serrín, ramas y demás. Carnes, pescados, quesos o huesos pueden presentar algún inconveniente en su transformación. No se deben arrojar al compostador colillas, aceites de cocina, cenizas o restos de barrer.


¿Qué ventajas tiene el compost?
En primer lugar obtenemos de forma sencilla un abono orgánico de buena calidad que podemos aplicar en plantas de interior o huertos, sin necesidad de comprar fertilizantes químicos. Además el compost presenta otro valor añadido frente a ellos, ya que mejora la estructura de la tierra al aportar materia orgánica.
En base a criterios ambientales, los residuos orgánicos recogidos por los circuitos convencionales se reducen sensiblemente, lo que provoca la disminución de los costes de gestión y evita la generación de gases de efecto invernadero. Ejemplo claro de aplicación de los principios de la economía circular, el compost cierra el ciclo de la materia orgánica volviendo a la tierra y enriqueciéndola.